Rompecabezas es un juego de reflejos.
El objetivo es conseguir reconstruir las caras de las tarjetas con cuatro piezas, piezas que esconden las cuatro partes que conforman las caras en los reflejos producidos por cuatro espejos.
Podemos mover las piezas dentro de la caja en cualquier dirección, siempre que surja un reflejo visible.
La inversión de la imagen en el grabado y el estudio de la simetría, a partir de imágenes especulares, dan lugar a la investigación inicial en juegos de este tipo. Es interesante descubrir como influye la modificación de los ejes de simetría del rostro al gesticular. El juego sería mucho más sencillo si estos no cambiaran, pues cualquier reflejo nos serviría (por ejemplo, un círculo monocromo es igual a su imagen especular).
A lo largo de la historia se ha intentado relacionar en muchas ocasiones dicha simetría con la belleza pero “nadie sabe en que consiste la belleza de una forma antes de saber en que consiste la fealdad” (Panofsky). Se trata más bien de investigar en la no existencia de un canon único y renunciar a la belleza única, acorde con los estudios de Alberto Durero, que tomó medidas de centenares de individuos para determinar sus proporciones y concluyó en la elaboración de distintos esquemas, distintos “tipos característicos”. “La idea de un único canon de belleza se revela ingenua, ya no se trata del ideal sino de valores medios” (Panofsky).
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.